Hablando del famoso Corona Virus, recientemente una hermana me escribió un email en el que me decía, “esta nueva epidemia la miro como una de las plagas de Egipto”. Creo que esta expresión, y el contenido de su correo electrónico, responden a un tema o una pregunta subyacente, “¿Qué está pasando en el mundo?”. De hecho, esta es una de las preguntas que mas me han hecho en los últimos tiempos, tanto cristianos como no cristianos: ¿Qué está pasando? ¿Qué más viene?, y en muchos otros casos estas preguntas van acompañadas de diferentes niveles de temor.
    La idea de que se desate una plaga que afecte a la humanidad en dimensiones apocalípticas es sobrecogedora. ¡Necesitamos esperanza!
Un antiguo y bello himno, como lo son la mayoría de los himnos, no nos da la respuesta a estas preguntas, pero nos asegura que pase lo que pase no debemos temer al mañana… porque yo sé que el futuro es Suyo [Jesús]. ¡Se puede vivir con esperanza en medio de un mundo convulso, inestable, e inseguro!
    El Salmo 91 nos permite ver al mundo y las circunstancias desde una plataforma mas elevada, con una perspectiva mas apropiada. Este Salmo crea en el alma de los hijos de Dios un profundo sentido de seguridad en medio de un mundo cargado de cosas, de eventos, circunstancias y situaciones que tienen el potencial de producir temor. Este Salmo fortalece y renueva en el creyente ese sentido de seguridad que descansa sobre la base de que Dios es Soberano y, como tal, está en control.
    Lo primero que Dios hace por medio de este Salmo es decirnos Quien es El; el “Altísimo” y “Omnipotente”. Esta palabra altísimo, (heb. El Elyón) revela a Dios como el ser supremo, excelso, mayor; y la palabra omnipotente, (heb. El Shaddái) habla del poder infinito de Dios: Dios es todopoderoso. No tenemos que avanzar mucho en el Salmo para sentirnos seguros. En medio de todo y a pesar de todo, Dios confronta nuestros mas grandes temores dejándonos saber cuan grande es El.
    Le invito a que ahora mismo, se detenga y piense en esto: Dios protege a los suyos, Dios me protege a mi… ¡En El estoy seguro!
Dios te dice, dame una lista de tus temores, muéstrame cuan grandes son y ahora piensa en mi grandeza y en mi capacidad.
    Verás que al pensar en la grandeza de Dios, entonces tu alma llena de confianza podrá afirmar también las palabras del Salmista… “Diré yo a Jehová: Esperanza mía, y castillo mío; Mi Dios, en quien confiaré”. Amén


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